miércoles, 9 de octubre de 2013

Conclusión



Conclusión
El Patriarcado de dos mil quinientos años fue una religión familiar desde el Edén hasta el Sinaí; el Judaísmo de mil quinientos años fue una religión nacional desde el Sinaí hasta la cruz de Cristo; el Cristianismo (la iglesia) es una religión internacional para todas las naciones sobre los mismos términos desde la cruz de Cristo hasta el fin del mundo.
La revelación de la voluntad de Dios en el Nuevo Testamento
cesó con la escritura del libro de Apocalipsis por el apóstol Juan en la isla de Patmos alrededor del 96 d.C. La Era cristiana continúa, y terminará hasta el fin del tiempo,
con la segunda venida de Cristo (I Corintios 15:22-24).
Por lo tanto, la Biblia es una unidad consistente, armoniosa
desde el principio hasta el fin. El Plan de Redención de Dios se desarrolló en una manera ordenada desde el Edén hasta el Sinaí y desde el Sinaí hasta la cruz y desde la cruz hasta el fin del tiempo.
Se trata del “paraíso perdido” al “paraíso restaurado.” El Nuevo Testamento enseña que “toda bendición espiritual” está “en Cristo” (Efesios 1:3, 7) y que sin Cristo no hay salvación (Juan 14:6; Hechos 4:12). Estar “en Cristo” es estar en la iglesia que el Señor estableció (Hechos 2:47). La salvación se ofrece a todas las personas no importando su raza o color.
La Biblia concluye con esta grande invitación:
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.

Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente (Apocalipsis 22:17).

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