miércoles, 15 de enero de 2014

El padre que perdona



Escrituras: Lucas 15:11-32

Propósito: Mostrar lo que el amor de un padre debe ser, y la responsabilidad de la familia para perdonar.

Hechos Bíblicos:

La historia de nuestra lección de hoy es muy interesante y pudo realmente haber sucedido.  Jesús se las platicó a sus discípulos para mostrarles como los miembros de una familia deben tratarse entre sí.

Un hombre tenía dos hijos.  El hijo menor vino a su padre y le dijo:  “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.”  El padre repartió sus bienes entre sus dos hijos.  Algunos días después el hijo menor decidió partir con todas sus posesiones y dejar a su padre y su hogar (Vea Lc. 15:11-13).  Se fué a lugares muy lejanos, donde malgastó todo lo que poseía viviendo una vida muy depravada.

Cuando todo el dinero se le hubo terminado, una gran hambre acaeció en los lugares donde se encontraba, y empezó a faltarle el sustento.  Comenzó a buscar algo en que trabajar.  Pronto uno de los ciudadanos lo mandó a su hacienda para que apacentase cerdos (Vea Lc. 15:14-16).  Pero tenía tanta hambre que hasta hubiera deseado comerse lo que él mismo les daba a los puercos, pero nadie le daba nada de comer.  (Dibujo #1)

Recapacitando, se dijo a sí mismo:  “...¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqui perezco de hambre!  Me levantaré e iré a mi padre, y le diré:  Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.  Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” (Lc. 15:17-19).

Así es como decidió ponerse en camino de regreso a su hogar.  Pero mientras aún se encontraba a cierta distancia de su casa, su padre le vió que venía.  Corrió a encontrarle en el camino y arrojando sus brazos al cuello le besó.  El joven trató de decirle a su padre acerca de los pecados que había cometido, pero el padre parecía no poner atención alguna.  Llamó a sue sirvientes y les dijo:  “...Saced el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.  Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado...”  Por tanto tuvieron una gran celebración. (Lc. 15:22-24)

Mientras tanto, el hijo mayor regresaba a la casa del campo donde había estado trabajando todo el día, y oyó la música y las danzas.  Le preguntó a un sirviente, ¿qué era lo que estaba sucediendo?  El sirviente respondió:  “...Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar al becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano” (Lc. 15:25-27).  Entonces el hijo mayor, al oir esto, se enojó mucho y rehusó entrar a la casa.  El padre salió a rogarle para que entrara, pero el hijo, respondiendo, le dijo:  “...He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.  Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo”.  (Lc. 15:29-30)

Entonces el padre le dijo:  “...Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.  Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. (Lc. 15:31-32)

No podía existir felicidad en esta familia hasta que el hermano mayor aprendiera a otorgar el perdón a su hermano.

Lo triste de esta historia es que no sabemos si lo otorgó.

Aplicación

Cuán hermoso el ver que el padre de nuestra historia haya perdonado a su hijo y le haya dado la bienvenida, después de su arrepentimiento y regreso a su hogar.  Del mismo modo Dios nos otorga perdón después de que nos arrepentimos de nuestros pecados y retornamos a nuestro padre celestial.

Ilustración

Ricardo tenía la tarea y la responsabilidad de cuidar del rebaño de su padre.  Un día en lugar de vigilar el rebaño, se fue a jugar con un amigo, Juan.  Juan le comenzó a platicar a Ricardo todo lo novedoso de la ciudad, y como Ricardo podía conseguirse un trabajo que le pagaría mucho dinero.  Ricardo, que ya se había cansado de cuidar el rebaño, sucumbió a la tentación del dinero, y partió para la ciudad.  Una vez ahí comenzó a buscar trabajo pero no tuvo éxito.  Muy pronto empezó a dar cuenta que la situación en su casa no era tan mala.  Así que decidió regresar a su hogar.  Le pidió perdón a su padre y le dijo cuánto sentía el haberlo preocupado tanto.  Su padre estaba tan contento de verlo sano y salvo, que le perdonó de inmediato y le dio la bienvenida a la familia otra vez.
  
Verso para memorizar

“Y levantándose, vino a su padre.  Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.”
--Lucas 15:20

Preguntas:

1.     ¿Cuál fue la petición del hijo menor?  Lc. 15:12

2.     (a)  ¿A dónde fué el hijo?
     (b)  ¿Qué hizo en esos lugares lejanos?  Lc. 15:13

3.     Cuando el hambre vino, ¿qué clase de trabajo hizo?  Lc. 15:15


4.     ¿Qué le hizo decidir regresar a su casa?  Lc. 15:17


5.     Nombre cinco cosas que el padre le pidió a los sirvientes que hicieran para su hijo cuando hubo regresado.  Lc. 15:22-23

6.     ¿Cual fue la actitud del hijo mayor?  Lc. 15:28

7.     Lea Mateo 18:21, 22 y Lucas 17:4, y diga si cree usted que el hijo mayor actuó correctamente.

8.     Si nos arrepentimos de nuestros pecados, Dios nos perdonará, así como el padre de esta lección perdonó a su hijo.  Hechos 8:22
Falso     o     Verdadero

descargar esta pagina aquí El Padre que Perdona



0 comentarios:

Publicar un comentario