miércoles, 29 de abril de 2015

Oír Mirad, pues, cómo oís - Luc 8:18

Introducción.
A. Mat 11:15 El que tiene oído para oír, oiga; 13:9; Apoc. 2,3
B. Es un problema enorme, pues muchos no prestan atención.

I. Tres clases de oyentes

A. Tardos para oír, Heb 5:11.
1. Lento, torpe, indolente, perezoso (6:12).
2. Sant 1:19 Pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira.
3. Mat 13:13-15 No hay comprensión; por eso, no hay salvación.
B. Teniendo comezón de oír, 2 Tim 4:3, 4
C. Nobles, Hech 17:11; buena tierra, Luc 8:15

II. ¿Por qué es tan importante ser buenos oyentes?

A. Para ser bendecidos, Mat 13:16, 17; Efes 1:3
B. Para tener fe salvadora, Rom 10:13-17 (Jn 20:31)
C. Para llevar fruto, Luc 8:15; Col 1:4-6 oído … fruto
D. Para que no nos deslicemos (no nos desviemos) Heb 2:1
E. Para no ser rechazados, Mat 10:14, 15; Hech 13:46

III. ¿Cómo podemos aprender a escuchar mejor?

A. Recuerde que es acto de adoración, Deut 6:4
B. Participar en la clase bíblica
C. Escuchar todo el sermón, de principio a fin
D. Mirar al que enseñe o predique
E. Leer y oír textos; esto es doble aprendizaje
F. Escuchar con fe, Heb 4:1, 2 no les aprovechó el oír

G. Escuchar para obedecer, Ezeq 33:30-33; Sant 1:22

Conclusión
A. ¿Qué clase de oidores somos? ¿Tardos? ¿comezón? ¿nobles?
B. ¿Por qué tan importante prestar atención? Para ser bendecidos … para tener fe salvadora … para llevar fruto … para no desviarnos … para no ser rechazados
C. ¿Qué nos ayuda a prestar atención? Adoración … participar … escuchar todo el sermón … mirar al que enseñe o predique … leer los textos … escuchar con fe … escuchar para obedecer

0 comentarios:

Publicar un comentario