Escrituras:
Hechos 12:1-19
Propósito: 1. Mostrar que Dios ayuda a sus servidores
cuando éstos se encuentran en necesidad. 2.
Mostrar que Dios responde a nuestras oraciones.
Hechos Bíblicos:
Durante esta época el rey Herodes había
castiga a muchos de los que servían a Dios.
“...echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles” (Hch.
12:1). Ya había encerrado a Jacobo en la
cárcel y le había mandado matar. Al ver
que esto agradaba a los judíos, entonces también encarceló a Pedro (Hch.
12:1-3), con intenciones de matarle después.
Como se acordó que Pedro ya había escapado en una ocasión anterior,
(Hch. 5:17-21) mandó 16 soldados para que lo custodiasen (Hch. 12:4). Generalmente la guardia se componía de cuatro
soldados los cuales se turnaban con otros cuatro cada determinado período.
Una noche mientras Pedro dormía, una luz que
resplandecía brilló sobre él y un ángel le despertó diciéndole: “...Levántate pronto...” (Hch. 12;7).
Inmediatamente las cadenas que le aprisionaban
cayeron de sus manos. Y el ángel habló
de nuevo diciendo: “...Cíñete, y átate
las sandalias...” Lo cual Pedro hizo. “...Envuélvete en tu manto, y sígueme.” Y Pedro le siguió pensando que lo que veía
era solamente un sueño (Hch. 12:8-9).
Pasaron por donde estaban los guardias y luego
a través de la puerta principal que se abrió por sí sola. De ahí se dirigieron a una calle y el ángel
desapreció. Pedro comprendió entonces
que esto no era un sueño, sino que el Señor había enviado a un ángel para
librarlo de la cárcel (Hch. 12:10-11). Pedro
entonces decidió ir a la casa de Marcos (Hch. 12:12).
Al mismo tiempo que Pedro era librado de la
cárcel, mucha gente se había reunido en la casa de María para orar (Hch.
12:12). Sabían que Jacobo había sido
sacrificado, y creían que la misma suerte le esperaba a Pedro. Sabían que Dios no había tratado de salvar a
Jacobo, entonces ¿cómo era posible que hiciera eso con Pedro?
Dios no nos pide que comprendamos todo antes
de orar (Ro. 8:26-27); Fil. 4:4-7). Pero
sí desea que mostremos nuestra dependencia de él, por medio de la oración. Como decíamos, mientras las gentes en la casa
de María oraban, Pedro llegó a la casa y tocó la puerta; una muchacha llamada
Rode, oyó y salió a ver de quien se trataba.
Tenía temor de abrir la puerta, por lo que
solamente preguntó quien era y al reconocer la voz de Pedro se sorprendió, y sin
abrir corrió a avisarles a los demás.
Nadie le creyó porque todos sabían que Pedro estaba encarcelado.
Sin embargo, todos pudieron oír cuando Pedro
continuaba tocando la puerta y al abrir le vieron. Una vez que Pedro los calmó les describió
todo lo que había sucedido, y después partió hacia otros lugares (Hch.
12:12-17).
Conclusión:
Pedro era uno de los mejores líderes en el
trabajo del Señor, y Dios tenía planeado más obras para que Pedro
ejecutara. Así que cuando Pedro tuvo
necesidad, Dios envió un ángel para ayudarle.
Dios a menudo usa ángeles para ayudar a sus criaturas (He. 1:14). Dios respondió a las oraciones que las gentes
le dedicaban en la casa de María.
Ilustración:
Federico era un muchachito que siempre estaba
contando acerca de Jesucristo. Iba a la
escuela dominical para estudiar la Biblia.
La mayor parte del tiempo iba solo.
Sus papás no iban a la iglesia.
Pero Federico era tan bueno que nunca se le oían decir insultos o
juramentos o chistes de mal gusto, y le gustaba mucho trabajar.
Un domingo al terminar el servicio de la
iglesia, Federico iba de regreso a su casa cuando se encontró con un grupo de
muchachos que empezaron a burlarse de él.
Le insultaron e insultaron el nombre del Señor, le gritaron que era un
cobarde pues no se atrevía a hacer las tonterías que ellos hacían. Su padre que observó todo lo que había
sucedido, salió y le dijo: “¿Qué pasa
contigo? ¿Por qué no los
apedreaste? ¿Por qué no los
insultaste? ¿Eres cobarde? ¿O qué?”
Federico contesto: “No, papá, no
tengo miedo; por el contrario me gustaría ayudarles. Si conocieran a Jesucristo, no hubieran hecho
tantos insultos. Me pueden lastimar mi
cuerpo, pero nunca podrán lastimar mi alma, porque es de Dios. No, papacito, no tengo miedo.”
El papá de Federico dijo entonces: “Tienes razón hijo. No eres cobarde. Y yo estoy orgulloso de ti” (Mt. 5:38-48;
7:12).
Aplicación:
1.
En el plan de Dios, no hay milagros que desarrollen nuestro carácter. En su plan, la fe, el sufrimiento, el trabajo
con esfuerzo son los que producirán la fortaleza que formará nuestro carácter
(Ro. 5:1-5; 1 P. 4:12-16).
2.
El depender en milagros es pedirle a Dios que lo haga todo. Esto nos convertiría en desinteresados y
flojos. En una ocasión Dios le reprochó
a Moisés por confiarse en un milagro en lugar de seguir la lucha (Ex.
14:13-16).
Preguntas:
1.
¿Quién castigaba a algunos de los de la iglesia? Hch. 12:1
2.
¿A quién ya había mandado matar?
Hch. 12:2
3.
¿A quién había puesto en la cárcel?
Hch. 12:2
4.
¿Cuántos soldados estaban vigilando a Pedro? Hch. 12:4
5.
¿Quién despertó a Pedro? Hch. 12:7
6.
¿Qué sucedió cuando Pedro se levantó?
Hch. 12:7
7.
¿Qué le dijo el ángel a Pedro que hiciera?
Hch. 12:8
8.
¿Qué creyó Pedro que estaba sucediendo al principio? Hch. 12:9
9.
¿Qué estaban haciendo todas las gentes reunidas en casa de María? Hch. 12:12
10.
¿Quién oyó cuando tocaron a la puerta y fue a ver quién era? Hch. 12:13
11.
¿Cómo reconoció la muchacha a la persona sin abrir? Hch. 12:14
12.
¿Qué dijeron los demás cuando Rode les dijo quien era? Hch. 12:15
13.
¿Qué les dijo Pedro a las gentes/
Hch. 12:17
14.
¿Por qué las gentes cristianas deben ser suficientemente fuertes para
sufrir por su deseo de servir al Señor?
15.
¿Eres fuerte en la fe del Señor?
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AQUÍ Pedro Es Librado De La Cárcel
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