sábado, 15 de marzo de 2014

Prisionero, Pero Sin Prisión


Escrituras:  Hechos 28

Propósito: 1.  Mostrar que Pablo a pesar de ser prisionero por causa de Cristo, tenía la libertad de hacer lo que más placer le daba, y eso era, predicar acerca de Cristo.  2.  Mostrar que cuando nos entregamos por completo a Cristo, él encontrará el modo que nos permitirá enfrentarnos con cualquier crisis y por tanto llevar a cabo su propósito.

Hechos Bíblicos:

            En nuestra lección anterior hablamos del naufragio que acaeció a Pablo y sus acompañantes.  Pues bien, cuando todos los hombres se encontraron a salvo en la isla de Malta, los nativos de ese lugar les recibieron muy bien, pues hicieron fuego para que se calentaran y sus ropas se secaran.  Mientras Pablo ayudaba a juntar leña para la fogata, una víbora le mordió la mano, y los nativos que vieron como le colgaba del brazo, en seguida creyeron que Pablo con seguridad era un homicida, quien aun cuando ha escapado del mar, va a recibir su castigo.  Pero Pablo, sacudiendo la víbora sobre el fuego, pareció no haber sufrido ningún daño.  Al ver que nada le sucedía o caía muerto, los nativos cambiaron de idea y creyeron que era un Dios (Hch. 28:4-6).

Publio, gobernador de la isla, dió la bienvenida a Pablo y a todos los que le acompañaban.  Como el padre de Publio se encontraba muy enfermo, y con alta fiebre, Pablo le fue a Visitar.  Y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.  Asimismo, todo aquel que estaba enfermo en la isla, vino a Pablo y este le sanó (Hch. 28:8-9).  Después de tres meses, Pablo y los demás salieron de Malta con todos los regalos y provisiones que los de la isla les regalaron, y que les ayudaría en el resto de su viaje a Roma (Hch. 28:10).  Cuando por fín llegaron a Roma, algunos de los cristianos que sabían que venía, vinieron a recibirlo.  Venían de lugares que se encontraban como a 60 km. tales como el Foro de Apio y las Tres Tabernas.  Con ellos Pablo dió gracias a Dios después, como aun era prisionero, le entregaron a un soldado con el cual se le permitió vivir mientras era custodiado (Hch. 28:16).  Poco después los principales judíos de Roma vinieron a verle y Pablo les informó de la razón por la que se encontraba ahí.  Aunque no les había hecho nada a los judíos de Jerusalén éstos le habían entregado a los romanos como prisionero.  Los romanos después de examinar su caso y no encontrando culpa alguna, estuvieron de acuerdo en dejarle en libertad.  Pero los judíos se opusieron tanto que Pablo tuvo que apelar al César (Hch. 22:24-29).  Les dijo que era por sus enseñanzas acerca de Cristo, que ahora era prisionero (Hch. 28:20).

Entonces, ellos le dijeron, que no había nada en contra suya, y que estaban dispuestos a escuchar lo que tenía que decirles (Hch. 28:21-22).

Decidieron en un día para reunirse, y mucha gente vino para oír.  Predicó todo el día diciéndoles acerca del Reino de Dios, y de su Hijo Jesús.  Algunos creyeron, otros no.  Y añadió, que el Espíritu Santo habló bien a sus padres, por medio del profeta Isaías (Is. 6:9-10; 44:18).  Luego les dijo que esta salvación sería enviada a los gentiles, y que ellos con seguridad la aceptarían (Hch. 28:28).  Pablo vivió en Roma por dos años, en una casa alquilada.  Y los romanos le permitieron predicar acerca de Jesucristo a cualquiera que le visitara y deseara oír.  Esto es lo que más le agradaba a Pablo que le permitieran hacer.

Ilustración:

Juan se sentaba atrás de Benito en la escuela.  Benito era un niño cristiano que siempre trataba de hacer lo que era debido.  Sin embargo cuando Juan le pinchó en el cuello, Benito, sobresaltado, hizo ruido, y su maestra le pidió que se quedara después de la hora de salida por causar tal alboroto.

Benito no dió a conocer la razón por la que había gritado, sin embargo mientras hablaban, Benito le platicó de sus estudios dominicales y los servicios que atendía.  La maestra escuchaba interesada, y Benito continuó diciéndole acerca de Dios y de como envió su propio Hijo a morir en la cruz, para que nosotros seamos salvos de nuestros pecados.
Así que, aun cuando Benito fue castigado por el alboroto causado por un muchacho malvado, esto le dió la oportunidad de enseñar a alguien acerca de Jesús.  Si entregamos nuestras vidas a Dios, él siempre hallará el camino que debemos seguir.

Debemos creer con todas nuestras fuerzas lo que Ro. 8:28 nos dice.

Versículo para memorizar

 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
--Romanos 8:28

Preguntas:

1.      Algunos de los hombres se ahogaron tratando de alcanzar la orilla.  Hch. 27:44    Falso     o     Verdadero


2.      ¿Qué hicieron los nativos de la isla?  Hch. 28:1-2

3.      Describa usted lo que le sucedió a Pablo al estar recogiendo leña para el fuego.  Hch. 28:3


4.      Llene los espacios:  Los nativos dijeron que Pablo era un _________.  Pero después de lo que vieron, cambiaron de opinión y dijeron que era un ________.  Hch. 28:4-6


5.      ¿Qué fue lo que Pablo hizo, con la ayuda de Dios, al padre de Publio?  Hch. 28:8


6.      ¿Cuál es la oración verdadera?
a.      La gente tenía miedo de Pablo.
b.      Muchos enfermos fueron curados por Pablo.         Hch. 28:9


7.      ¿Qué hicieron los nativos de la isla cuando Pablo y los demás partieron hacia Roma?  Hch. 28:10


8.      ¿De qué ciudades vinieron muchos cristianos a Roma, a recibir a Pablo?  Hch. 28:15


9.      Pablo fue puesto en prisión como un vulgar criminal.  Hch. 28:16    Falso     o     Verdadero


10. ¿Por cuánto tiempo Pablo permaneció en Roma, predicando acerca de Jesús, abiertamente y sin ninguna oposición?  Hch. 28:30-31


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