miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dios,  el grandioso "Yo soy el que soy" Exodo 3:14
Escrituras: Hch. 7 especialmente 17-44; Ex. 3:4-20; Jn. 20:27-29; Hch. 9:3-9





Propósito: Mostrar que cuando el hombre contempla a Dios sobre todas las cosas y siente su grandeza, ese hombre está dispuesto a ser el fiel sirviente de Dios.

Hechos Bíblicos: 

En la lección pasada pudimos ver como José no cesó de ser fiel a Dios, a pesar de las circunstancias y condiciones adversas que se le presentaron.  Por medio de su confianza en Dios, José pudo formar parte del gran plan de Dios.  En esta lección veremos como Dios en su grandeza, continúa su plan con Moisés (Hch. 7:17-44)

Después de mucho tiempo, Egipto tenía un faraón nuevo quién no recordaba todas las cosas buenas que José había hecho por el pueblo egipcio con la ayuda de Dios.  Este rey nuevo era malvado, y cuando vio que el pueblo israelita crecía y se multiplicaba, temió el poder que esto les proporcionaría y ordenó matar a todos los varoncitos recién nacidos.  Pero Dios es grandioso y poderoso, y su plan siempre se lleva a cabo aún cuando todo parezca oponerse a ello.  En Exodo, capítulos 1 y 2, podemos ver como el plan de Dios se desenvuelve de modo que Moisés pueda habitar en la casa del faraón.  La madre de Moisés lo escondió hasta que el niñito tuvo tres meses, para que no cayera en manos del faraón, luego lo llevó al río donde lo colocó a las orillas del río, dejando que su hermana lo vigilara desde su escondite entre los juncos.  La hija del faraón encontró a Moisés, de acuerdo con el plan de Dios, y lo adoptó como su hijo.  Así fue como Moisés pasó los primeros 40 años de su vida, aprendiendo toda la sabiduría y conocimiento de los egipcios para que algún día pudiera convertirse en el líder de su gente.  El plan de Dios seguía desarrollándose.

Cuando Moisés tenía como 40 años, vio a un egipcio que maltrataba a uno de los israelitas.  Moisés tuvo que huir, porque al tratar de proteger a uno de su gente, mató al egipcio.  Al día siguiente, tratando de apaciguar a dos israelitas que peleaban, estos le recordaron del incidente con el egipcio y le rechazaron como líder y juez.  En este tiempo Moisés creía que los israelitas comprendían que él sería el que les salvaría, pero Dios que conocía a Moisés, sabía que necesitaba más tiempo para prepararse y poder llevar a cabo su plan (Hch. 7:24-29).

Y así se iniciaron otros 40 años de preparación.  Recordemos que Dios es muy grande, que sabe todo y que está sobre todo.  El tiene un gran plan para la humanidad.  En su sabiduría y grandeza, él preparó a Moisés para que participara en su plan a su debido tiempo.

Versículo para memorizar: 

“Y respondió Dios a Moisés:  Yo soy el que soy.  Y dijo:  Así dirás a los hijos de Israel:  Yo soy me envió a vosotros.”
--Exodo 3:14

Moisés debe haberse preguntado muchas veces, del mismo modo que nosotros nos preguntamos, ¿en qué forma estamos participando en el plan de Dios?  Debemos estudiar y prepararnos de la misma manera que Moisés se tuvo que preparar para poder llevar a cabo el plan de Dios.  En 2 Timoteo 2:15 leemos:  “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”  Esto simplemente nos da a entender que debemos estudiar para saber lo que Dios planea para nosotros, y que debemos trabajar de modo que estemos preparados para presentarnos a Dios y no estar avergonzados de nuestros esfuerzos.

Un día, cuando Moisés se encontraba en el desierto apacentando sus ovejas, vio una zarza que ardía.  La zarza no se consumía y se maravilló del fenómeno.  Cuando se acercó a la zarza para investigar, la voz de Dios se oyó diciéndole que no se acercara, que se quitara sus zapatos porque el lugar que pisaba era tierra santa y dijo:  “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.”  Moisés se cubrió el rostro pues tenía mucho miedo (Hch. 7:30-32, Ex. 3:1-6).

En Hechos 9:3-16, leemos de otro hombre, Saulo, quien sinceramente creía que él estaba haciendo la voluntad de Dios, pero esta creencia era errónea.  Saulo se encontró en la presencia de nuestro Señor Jesucristo.  El, como Moisés tuvo temor y respeto ante la grandeza de Dios, tanto que cayó a la tierra temblando y preguntando qué era lo que debía hacer.

Al encontrarse en la presencia de Dios, él pudo reconocer su grandeza y se dio cuenta que sobre todas las cosas debía esforzarse por agradar a Dios.  Esta era el mismo Dios que le había dicho a Moisés que él era el Dios de los padres Abraham Isaac, y Jacob.  Y ahora Pablo hablaba directamente con él.  Es por eso que no es ninguna sorpresa el que estuviese temblando y maravillado a la vez.

Imagínense, algún día podremos hablarle a Dios, el que ha sido desde el principio, el que ha creado el sol, la luna y las estrellas; el que ha hecho este mundo; el que ha creado todos los seres vivientes y los cuerpos en los que habitamos.  ¡Cuán grande es él!  Así como Moisés y Saulo hablaron con él, nosotros también podremos hablarle al gran “Yo Soy” (Ex. 3:14).  Pero mientras tanto tenemos su palabra, la Biblia.  El nos habla a través de ella, para que creamos en él y le conozcamos.  La Biblia forma parte de su gran plan, y fue escrita para que creamos y tengamos vida eterna (Jn. 20:31).

Ilustración:

Ya era casi hora de salir de la escuela y Marcial estaba ansioso de salirse.  Quería irse a pescar al río cercano y no acordarse de la escuela.  Luego se acordó que su mamá le había dicho que se viniera de la escuela de inmediato.  Tenía varias cosas que hacer en la casa.  Parecía que siempre estaba haciendo algo que no tenía muchos deseos de hacer.  ¿Por qué era que todo el tiempo su mamá y papá lo hacían hacer cosas en la casa?  Y también querían que llegara a la escuela temprano siempre.  ¿Por qué la maestra siempre le tenía que dejar tanta tarea?  Siempre había alguien que le estaba diciendo lo que tenía que hacer.  Y hasta en la clase de la Biblia, la maestra siempre estaba pidiéndole que se estuviese quieto, cuando él estaba tan cansado de estar sentado.  Luego pensando en su lección de la Biblia, se acordó que habían estudiado acerca de Moisés y que le había gustado muchísimo.  Se acordó del tiempo que se tardó Moisés en prepararse para ayudar al pueblo de Israel.  ¿Podría ser que él, Marcial se estaba preparando para una gran obra?  Estaba seguro de que Dios estaría satisfecho si obedecía a su mamá.  Y así pensando se apresuró hacia su casa en cuanto llegó la hora de salida.


Preguntas:

1.      ¿Cuántos años vivió Moisés y aprendió en la casa del faraón?  Hch. 7:23

2.      Al final de ese período, ¿estaba Dios listo para permitir que Moisés guiara al pueblo de Israel?  ¿Por qué?  Hch. 7:27-29

3.      ¿Cómo cuántos años se puede decir pasó Moisés preparándose para librar a los israelitas?  Hch. 7:30

4.      ¿Creen Uds. que Moisés trató de precipitar el plan de Dios?  ¿Por qué?  ¿Cuando?  Hch. 7:23-29

5.      ¿En qué nos parecemos a Moisés?

6.      ¿Cómo debemos prepararnos para llevar a cabo el plan de Dios?  2 Ti. 2:15

7.      ¿Por qué se cubrió el rostro Moisés al contemplar la zarza ardiendo?  Ex. 3:6

8.      ¿Por qué cayó a la tierra Pablo cuando en el camino a Damasco?  Hch. 9:3-6

9.      Nombre las diferentes formas en que se puede mostrar la grandeza de Dios.

10.  Nosotros, también, algún día estaremos ante la presencia de Dios. Falso     o     Verdadero


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Dios, el grandioso “Yo soy el que soy” Exodo 3:14

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