miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dios ha escogido muy especialmente mi futuro

Escrituras: He. 11:8-10; 11:13-16; Jn. 14:1-6; 2 P. 1:11; Ap. 21; 22:5; Lc. 20:34-36; 1 Jn. 3:2; 2 Co. 5:1-5



Propósito: Mostrar que Dios me ha creado especial­mente para un futuro con El en los cielos.


Hechos Bíblicos: 

En el libro de Hebreos 11:8-10 y 13-16, leemos que Abraham obedeció la voz de Dios sin titubear o dudar.  Tanto él como su familia abandonaron su hogar para seguir el mandato de Dios, y se dirigieron a una tierra desconocida.  Viajaron por mucho tiempo sin saber hacia donde iban.  Pero fueron porque Dios les dirigía.  Buscaban tierras mejores.  Pero Abraham comprendía que este mundo no era realmente su hogar.  Dios le había prometido una ciudad mejor, y hasta que Abraham encontró esa ciudad superior, cuyo constructor y creador era Dios, vivía como nómada, o sea siempre listo a emprender el viaje cuando Dios se lo mandaba.  Pero con ansiedad esperaba ver la tierra prometida de Dios.

Nosotros somos como Abraham.  Este mundo no es nuestro hogar para siempre.  Dios nos ha preparado una morada en el cielo y solamente estamos de paso sobre esta tierra hasta que vayamos a vivir eternamente con Dios.

Muchos años después de la época en que Abraham vivió, Jesús les dijo a sus discípulos que creyeran en él como creían en Dios.  Les dijo que iría a preparar una morada para que ellos pudieran estar con él en la eternidad.  Dijo:  “nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn 14:6).  Jesús fue a preparar un lugar para sus discípulos.  Si yo soy un discípulo de Jesús, entonces ese maravilloso lugar también es para mí.

La muerte y la resurrección de Jesucristo hizo posible que él pudiera ir a preparar una morada en los cielos para nosotros.  Y por haber hecho esto voluntariamente, las puertas de los cielos están siempre abiertas para mí.  Dios ha planeado que yo viva eternamente con Dios en los cielos también (2 P. 1:11).

Cuando obedecemos a Dios, somos sus criaturas.  Fuimos creados a la imagen de Dios (Gn. 1:26).  Cuando Jesús vuelva a venir, seremos como él y le veremos como él es (1 Jn. 3:2).

Tenemos muchos problemas y tribulaciones aquí sobre esta tierra.  En los cielos no habrá problemas.  Aún cuando nuestros cuerpos han muerto, podemos vivir en los cielos con Dios.  Nuestros cuerpos son de duración limitada.  Nuestro verdadero objetivo debe ser el ir a vivir a los cielos.  Y esto es lo que Dios ha planeado para mí (2 Co. 5:1-5).

Lean ustedes todo el capítulo 21 del libro de Apocalipsis hasta el quinto versículo del capítulo 22.  Esta es una descripción magnífica de los cielos.  Es maravilloso saber que Jesús me ama lo suficiente para prepararme un lugar donde podremos vivir juntos, en la presencia de Dios.

Ilustración: 

Era un hermoso y brillante día, con nubes como algodón flotando en el cielo.  José se dejó caer sobre el pasto verde y fresco del parque y lo contemplaba todo a través de los árboles.

El domingo anterior, José había escuchado el sermón en el que se hablaba de la fe de Abraham en Dios de como Abraham había abandonado su hogar y Dios le había prometido mejores lugares.  Fue esta promesa la que mantuvo a Abraham siempre obedeciendo la voz de Dios.

Mientras José recordaba las hermosas palabras escritas en Ap. 21; 22:5, pensó:  “Los cielos no existen por casualidad Dios ha preparado esos lugares para mí, y para otros que obedezcan su voluntad.  Si Dios me ha amado tanto, es fácil para mí el amarle” (1 Jn. 4:19).  Luego José cerró los ojos con esos pensamientos tan tiernos y oró:  “Señor mío, ayúdame a hacer siempre lo que tu me pides, para que pueda vivir contigo para siempre en los cielos tan hermosos que tú has preparado para mí.  En el nombre de Jesús, Amén.”



Nota al maestro:  Pida a los niños que imaginen como son los cielos y que recuerden uno de los momentos más felices que puedan recordar.  Los cielos es todo eso y más.

Aplicación: 

Por el hecho de haber obedecido y haber tenido fe en Dios, Abraham recibió la promesa de un lugar mejor (Ro. 4:22-25).  Si obedecemos a Dios, nosotros también veremos esos lugares llamados cielos, que Jesús ha preparado para nosotros.


Versículo para memorizar:

“Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”
--Hebreos 11:10


Preguntas:

1.      Cuando Dios le dijo a Abraham que debía dejar su casa, Abraham sabía exactamente a dónde iba.  He. 11:8
Falso     o     Verdadero

2.      Llene los espacios, Abraham iba en busca de una ______________ mejor, que ______________ había ___________ para ellos.  He. 11:16

3.      ¿En quién les dijo Jesús a sus discípulos que debían creer?  Jn. 14:1

a. ¿Cuál fue la promesa que Jesús les hizo a sus discípulos?  Jn. 14:3





b. ¿Se refiere esto a nosotros también?


c. ¿Cuántos caminos podemos seguir para llegar al Padre?


d. ¿Quién es ese camino?  Jn. 14:6

4.      Si obedecemos a Dios en todas las cosas, ¿nuestra puerto al cielo sera cerrada o abierta ampliamente?  2 P. 1:11


5.      ¿A quién seremos semejantes cuando Jesús venga otra vez?  I Jn. 3:2


6.      Como nuestros cuerpos son de duración limitada, ¿cuál debe ser nuestro verdadero objetivo?  2 Co. 5:1-5


7.      Medite sobre este pensamiento:  Dios no solamente preparó un lugar hermoso para mí, sino que también me ha preparado para ese hermoso lugar.


8.      ¿Por qué no se necesita luz en los cielos?  Ap. 22:5


9.      Con ese lugar tan hermoso preparado para mí en los cielos, quiero obedecer a Dios en todo, para que pueda yo vivir ahí con El para siempre.
Falso     o     Verdadero

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