miércoles, 18 de diciembre de 2013

El plan de Dios continua a través de Isaac y Jacob
Escrituras: Hch. 7:8, 14, 15; Gn. 25:19-34; 47:1-10; He. 11:9, 20; 12:16-17; Gá. 6:7; Mt. 5:13, 14, 16.





Propósito:  Mostrar que la vida que escogemos puede resultar en una bendición o una maldición para nuestros amigos que nos rodean.

Hechos Bíblicos: 

Recuerdan ustedes en nuestra última lección hablamos acerca de Isaac, el hijo que Dios pidió a Abraham que sacrificara, pero el ángel del Señor lo detuvo cuando estaba a punto de hacerlo.  Isaac creció, y a su vez se convirtió en el padre de dos gemelos cuyos nombres fueron Esaú y Jacob.  En Hebreos 11:9, leemos que Isaac y Jacob recibirían la misma promesa que Dios le había hecho a Abraham.  Más adelante en Hebreos 11:20 se nos dice que Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, y les habló de cosas venideras.  Isaac sabía que él formaba parte del plan de Dios, y sabía que uno de sus hijos sería parte de ese plan también.

Esaú, por ser el mayor, tenía derecho a una bendición especial.  Un día regresaba muy hambriento después de haber ido de caza, y al mismo tiempo estaba muy cansado.

Jacob estaba preparando un guiso que se le antojó a Esaú, y por ello le rogó que le diera algo de lo que cocinaba.  Jacob pensó que esta era un gran oportunidad para pedirle que renunciara a su primogenitura y le dijo:  “...Véndeme en este día tu primogenitura.”  como condición para darle algo de comer (Gn. 25:29-31).

Esaú tenía tanta hambre que pensó que si no comía inmediatamente se desmayaría, por tanto dijo:  “...He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?”  De este modo Esaú vendió su primogenitura por algo de comer (Gn. 25:32-34).

Años más tarde cuando Isaac estaba a punto de morir, Rebeca, la madre de los gemelos, le ayudó a Jacob a engañar a su padre, quien le otorgo la bendición que le correspondía a Esaú.  Ahora Esaú sentía mucho haber vendido su primogenitura a Jacob, pero nada se podía hacer ya (He. 12:16-17).  La bendición había sido otorgada, y no se podía cambiar.  (Léase Gn. 27:1-41)

Mucha gente vende sus vidas al pecado, por debilidades pasajeras.  Cristo murió en la cruz y resucitó de entre los muertos para que nuestros pecados fuesen perdonados por Dios.  (Véase Gá. 6:7; Hch. 8:22)

La voluntad de Dios no es el que nosotros hagamos el mal, pero estos errores que la gente comete, Dios los utiliza para poder llevar a cabo su plan.  Jacob se convirtió en el padre de José, quien fue vendido a Egipto por sus hermanos celosos (Gn. 37:25-28).  Años después, toda la familia emigró a Egipto donde había suficiente alimento.  El faraón estaba tan agradecido a José por haber salvado al pueblo egipcio, durante la escasez de alimento, que cuando la familia de José vino a Egipto, les dio lo mejor de las tierras, en Gosén (Gn. 47:6).  Jacob le mostro su aprecio al rey y lo bendijo (Gn. 47:10) Jacob pudo bendecir al faraón solamente porque él conocía a Dios.  De otro modo ¿como era posible que un hombre de tan poca importancia pudiera bendecir a un rey?  Estos hombres sabían que Dios estaba desarrollando su plan, pero no sabían exactamente lo que era.  Hasta los mismos ángeles anhelaban ver dentro de los planes de Dios, pero no se les permitió (1 P. 1:12).  Aun cuando Jacob cometió errores cuando joven, de los cuales debe haberse sentido avergonzado, así Dios le utilizó para llevar a cabo su plan para beneficio nuestro.

Aplicación:

  Todos nos damos cuenta de que cometemos errores, pero si permanecemos fieles a dios y a su hijo Jesucristo, podremos guiar otros a Cristo, y ser como bendiciones para nuestros amigos y familiares.




Ilustración:

  Juan y Mario eran hermanos, pero tan diferentes el uno del otro.  Mientras Juan era un muchachito agradable y bondadoso que trataba de hacer lo correcto, Mario se comportaba egoísta y con rebeldía.  No obedecía a sus padres, se iba de pinta en lugar de asistir a la escuela y  tenía dificultades con la policía también.  Un día que los dos hermanos caminaban hacia su casa, pasamanos caminaban hacia su casa, pasaron por donde había una tienda Mario, sintiéndose con ganas de hacer maldades, recogió una piedra y la arrojó a través de los aparadores de la tienda.  Luego corrió lo más rápido que pudo.  Juan no se movió pues fue tal la sorpresa de lo que había sucedido; luego recapacitando entró a la tienda, se disculpó  con el propietario, y le ayudó a limpiar y a escombrar todo el daño que se había hecho.  El propietario tendría que comprar vidrios nuevos y reponer varias botellas rotas.

Sus papás castigaron a Mario con severidad, y le prohibieron que jugara con sus amigos por mucho tiempo.  El propietario de la tienda le dio las gracias a Juan por su ayuda.  ¿Cual de los dos chicos creer usted era como una verdadera bendición para la familia y amigos?


Preguntas: 

1.      Isaac tuvo hijos gemelos.
(a) Nómbrelos
(b) ¿Cuál de ellos nació primero?  Gn. 25:24-26

2.      Por ser el mayor, Esaú tenía derecho a algo especial.  Gn. 25:31

¿Qué era?

3.      Relate usted como Jacob se apoderó de la primogenitura de Esaú.  Gn. 25:31-34.


4.      ¿Quién ayudó a Jacob a engañar a su padre para poder recibir su bendición?  Gn. 27:6-13


5.      Subraye la respuesta correcta.

(a) Esaú se sintió muy triste al ver que Jacob le había Robado la bendición especial.

(b) Esaú se rió cuando supo del ardid de Jacob.  Gn. 27:38

6.      Falso     o     Verdadero
Cristo murió una vez para redimirnos de nuestros pecados.  No morirá otra vez para redimirnos.  Ro. 6:9-10

7.      Si peco después de convertirme en una de las criaturas de Dios, ¿qué puedo hacer para ser perdonado?  Hch. 8:22

8.      Llene los espacios  Gn. 47:10  Y___________ bendijo a ____________.


Versículos para memorizar: 

“Vosotros sois la sal de la tierra;...Vosotros sois la luz del mundo;...Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
--Mateo 5:13, 14, 16


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