miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las moradas de Dios
Escrituras:  He. 8:5; Jn. 12:49; Ef. 2:19-22; 1 Co. 3:16; 6:19; Mt. 16:18; 2 Co. 7:1; 1 P. 2:5





Propósito: Mostrar como Dios ha planeado los lugares donde ha de morar.

Hechos Bíblicos: 

En la lección pasada hemos visto la gran sabiduría de Dios.  Podemos ver como su plan se va desarrollando y como él ha preparado a los hombres que le aman para cumplir y llevar a cabo ese plan.  Durante el desarrollo de su plan, Dios ha mostrado los lugares donde él mora.  Las direcciones e instrucciones de qué lugares, y de cómo deben ser, han sido bastante específicas (Ex. 25:26, 27).

Dios ha dicho, “Yo soy el que soy”, y solamente lo mejor se le debe ofrecer a él.  En Ex. 25, leemos acerca de lo que Dios ordenó para la construcción del arca y el tabernáculo.  Exigió que usaran las cosas más valiosas que los israelitas poseían, tales como el oro, plata, cobre, lino fino, madera de acacia y muchas otras cosas que también se mencionan.  Todo esto tendría que ser ofrecido de buena voluntad, con amor hacia él y para agradarle.  Dios dió instrucciones muy claras de cómo se debía construir el tabernáculo, para que éste fuera construido por gentes que la amaban y para agradarle.  Repetidamente le indicó a Moisés los diseños que se debían seguir (Ex. 25:9; 26:30).  Así es como Dios fue el que dió el modelo definitivo para construir el tabernáculo en el cual moraría y tendría comunión con el pueblo israelita.

El plan de Dios continúa desarrollándose en el Nuevo Testamento.  Aquí encontramos que Cristo edificó su iglesia de acuerdo con los mandamientos e instrucciones de Dios.  Cristo cumplió la voluntad de su padre tan completamente que era como Dios y Cristo en uno (Jn. 12:49; 14:10).  Cristo vino a esta tierra para vivir y para morir, y para vivir otra vez de modo que la senda estuviese preparada para nuestra vida eterna.  Dios nos ama.  Cristo nos ama.  Así es como en el gran plan de Dios está incluida la edificación de la Iglesia de Cristo y un modelo para que nosotros podamos seguirlo.  Cristo ganó la iglesia y nuestra redención con la sangre que virtió en la cruz, de acuerdo con el plan de Dios (Hch. 20:28; Ef. 1:7-14).

El plan de Dios para establecer la Iglesia de Cristo es tan específico como el modelo que siguió Moisés para construir el tabernáculo.  Los israelitas hicieron sacrificios de amor.  Se llevó muchas cosas preciosas y lo mejor de cada una para construir ese tabernáculo.  ¿Qué es más precioso que la sangre de Cristo?  Este fue el sacrificio supremo, pero esencial para seguir el plan de Dios.  Cristo estaba dispuesto a dar su vida para que nosotros formáramos parte de su iglesia y tuviéramos la oportunidad para nuestra redención.

La iglesia es importante por muchas razones.  La razón principal es que Dios vio que era conveniente establecer la iglesia.  Los hombres a veces ponen en duda la necesidad de la iglesia, pero Dios lo ha planeado así.  Exigió que Cristo diera su vida en la cruz por ella.  Ha instruido a los obispos o ancianos para que apacienten la iglesia (Hch. 20:28).  La iglesia es importante porque es el cuerpo de Cristo, y Cristo es la cabeza de ese cuerpo.  Cristo salvará a la iglesia así como él es el salvador del cuerpo (Ef. 5:23).  Ciertamente la iglesia es muy importante y debemos ser parte de la iglesia, pues Cristo salvará la iglesia, el cuerpo.  La iglesia es en el plan de Dios y él ha dado instrucciones específicas respecto a ella.  Nos ha dicho que Cristo es la cabeza; que hay un cuerpo y que Cristo gobierna sobre él.

En Mateo 16:18-19, Cristo habla de la edificación de su iglesia y le da las llaves del reino de los cielos a Pedro.  Si Cristo le dió a Pedro las llaves del reino de los cielos, es porque eran para la iglesia que planeaba edificar.  Recuerdan en Juan 12:49 Cristo dijo:  “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.”  Así es como Cristo tuvo un modelo para edificar la iglesia y esto es parte del plan de Dios.

Es muy importante entonces que conozcamos el diseño o modelo, para que podamos formar parte de ese cuerpo o sea la iglesia.  Es importante que nos demos cuenta que la iglesia está formada por cristianos quienes siguen el modelo que Dios ha planeado en el Nuevo Testamento.  Cuando seguimos las instrucciones del Nuevo Testamento, del mismo modo que Moisés lo hizo en el Antiguo Testamento, nos convertimos en un templo santo que servirá de morada a Dios en el Espíritu (Ef. 2:20-22).  Debemos ofrecer lo mejor al Señor o en cualquier lugar donde nos encontramos.  La Biblia nos instruye en el modo de vida que debemos llevar.  Es nuestro modelo.  En 1 Co. 3:16 leemos:  “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”

En 1 Co. 6:19-20; 3:16-17, aprendemos que nuestro cuerpo ha sido comprado con precio y que es el templo de Dios.  Recuerdan Uds., Dios quería lo mejor para el tabernáculo.  Debemos siempre recordar que debemos seguir el modelo que se nos ha dado en la Biblia y ofrendar a Dios lo mejor de nuestras personas.

Ilustración:

Ya iba anocheciendo y María, hacia el final del día, se sentía muy cansada.  Todo el día había estado ocupada ayudándole a su mamá.  Había limpiado la casa que parecía un espejo; habían preparado una buena cantidad de comida que se veía deliciosa.  Se habían esforzado en hacer todo lo mejor posible, y había sido mucho trabajo.  Pero con todo eso María estaba muy contenta de haber terminado su tarea y de los resultados.  Y hasta pensó que realmente no se sentía cansada.  Por el contrario sentía como que el trabajo que había hecho le había traído más satisfacciones y se había divertido también.  Pero ¿cuál era la verdadera razón de sentirse tan contenta?  ¿Quizá el trabajo?  No, había algo más que le causaba esa sensación.  Era que todo ese trabajo era en preparación para la venida de su abuelita, a quien María adoraba.  Su abuelita también la quería mucho y había mostrado su amor hacia ella en muchas ocasiones.  Por eso es que no sentía el peso del trabajo.  María amaba a su abuelita y quería hacerla feliz.

Cuando amamos a Dios, nos sentimos felices de poder prepararnos para él.

Versículo para memorizar: 

“...Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.”

--Hebreos 8:5, la segunda parte

Preguntas:

1.      ¿Qué significa el seguir un modelo?

2.      ¿Creen Uds. que Dios hubiera aceptado el taber náculo si Moisés no hubiera seguido sus instrucciones?  ¿Por qué?

3.      ¿Dónde encontramos el modelo de las moradas de Dios?

4.      ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de nuestros cuerpos?  1 Co. 3:16; 6:19

5.      ¿Qué les sucederá a aquéllos que destruyen el templo de Dios?  1 Co. 3:17

6.      Si seguimos el modelo que Dios nos ha presentado, ¿en qué se convertirán nuestros cuerpos?  Ef. 2:21

7.      ¿Qué uso hará Dios de nuestros cuerpos?  Ef. 2:22; 1 Pe. 2:5

8.      ¿En qué forma ganó Cristo la iglesia?  Hch. 20:2

9.      ¿Quién es el salvador de la iglesia?  Ef. 5:23

10.  Desde el momento que Cristo es el salvador de iglesia, ¿no debemos formar parte de esa iglesia, o sea uno de sus miembros?

Falso     o     Verdadero

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