¿Por
qué no podemos vivir sin las bendiciones espirituales?
Escrituras: Sal. 1:3; Ef. 1:3;
Ro. 8:24-25; Stg. 2:26; Ap. 20:13;
Ro. 6:23; He. 5:9; Gá. 4:6; 2 Co. 5:19; Sal. 4:7.
Propósito: Mostrar que las bendiciones espirituales nos ayudan en nuestra vida
terrenal y a prepararnos para vivir con Dios en los cielos por toda la
eternidad.
Hechos
Bíblicos:
El
cristiano es como la persona de la que se habla en Salmos 1:3. Una persona satisfecha y estable, y muy
formal como el árbol plantado junto a las corrientes de agua. Ustedes se preguntarán, ¿por qué es esto
así? Estudiemos la cuestión.
Todos
nosotros, en ocasiones, hemos sentido temor a la muerte. Pero el cristiano sabe que una vez en los
cielos no habrá muerte ni el temor hacia ella.
Vivirá en los hermosos jardines de Dios por siempre. Las bendiciones espirituales que recibimos (o
sea las bendiciones que no vemos, pero que sentimos en nuestra mente y en
nuestro corazón), Dios nos la ha dado para hacer de nuestra vida una vida feliz
y con ciertas satisfacciones que nos ayuden a sobrellevar las cargas con las
que nos enfrentamos frecuentemente, hasta la hora en que nuestra vida eterna
con Dios se inicie en los cielos. Las
bendiciones de Dios no siempre nos hacen prósperos en riquezas terrenales sino
que nos harán ricos espiritualmente y esto es lo que realmente vale. El gran hombre de Dios, el rey David, sabia
esto cuando escribió en Salmos 4:7 que Dios le había dado alegría en su
corazón, mucho más de la que le había dado durante la época en que abundaba el
grano y el mosto.
Cristo
todavía no había venido a la tierra a morir por los pecados de toda la
humanidad cuando David escribió esos pensamientos. Pero ahora que El ha venido, podemos sentir
consuelo en lo que el apóstol Pablo escribió a los cristianos en Efeso en el
libro de los Efesios 1:3: “Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” Ahora que Cristo ha hecho posible que nuestro
pecados sean perdonados, también ha hecho posible que tengamos esperanza en
nuestra partida hacia los cielos cuando la hora de nuestra muerte llegue. Y con esto llegamos a la otra cuestión, la de
la esperanza.
¿Cómo
es la esperanza que el cristiano posee que ninguna otra persona puede
verdaderamente tener? Es la esperanza y
la certeza por medio de la fe de que podemos ir a los cielos. Lea Romanos 8:24-25; Tit. 1:2; Tit. 3:7; y
Ro. 5:1-5. Todas estas escrituras nos
ayudan a comprender como la esperanza puede ser una bendición maravillosa.
Ilustración:
Platiquemos
un poco más acerca de lo que la esperanza es.
La mayoría de nosotros ha experimentado lo que se siente cuando ansiamos
algo que creemos nos dará gran placer, quizá un viaje, o la ida a las corridas
de toros o a algún juego de pelota, etc.
Cuando algo como eso se ansía, los días parecen ser más felices, más
llenos de satisfacciones, nuestro trabajo se hace más fácil, y los problemas
más ligeros. La esperanza que el
cristiano experimenta es en cierto modo como esa sensación de la que acabamos
de hablar, con la diferencia de que nuestra vida en los cielos será eterna,
mientras que el juego de pelota, o la corrida de toros tienen su fin. En la vida de Pablo vemos uno de los ejemplos
de lo que la esperanza puede causar.
Pudo sobrellevar todos los sufrimientos y penalidades porque tenía
esperanza. Finalmente, la historia nos
dice que el emperador ordenó su muerte solamente porque Pablo era un buen
cristiano. En el libro de los 2
Corintios 11:24-31 leemos la clase de sufrimientos que tuvo que pasar: los azotes, las apedreadas, los
encarcelamientos y toda clase de aflicciones.
Sin embargo, a través de todo eso, no perdió la esperanza, porque en 2
Ti. 4:6-18 vemos como él ansía su llegada a los cielos y continúa alabando a
Dios por haber sido misericordioso con él.
Lea las escrituras acerca de Pablo cuidadosamente y trate de ver si
puede entender el por qué la esperanza es una de las más grandes bendiciones
espirituales. No podríamos vivir la vida
cristiana sin la esperanza.
Hay
otras bendiciones espirituales de las cuales también podemos gozar. Incluyen:
la redención (el perdón de los pecados) Ef. 1:7; la reconciliación (el
consuelo de que Dios ha hecho a todos los hombres aceptables a sus ojos, porque
Cristo murió por nuestros pecados) 2 Co. 5:19; la santificación (la bendición
de saber que los cristianos han sido llamados a ser santos y sagrados) 1 Co.
1:2; la consolación de que Dios es verdaderamente nuestro Padre (Gá. 4:6-7), el
don de la vida eterna (Ro. 6:23). Hay
muchas, muchas más bendiciones espirituales, pero estas son algunas con las
cuales podemos sentir consuelo y de las que podemos obtener paz.
Versículo para
memorizar:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
--Efesios 1:3
Palabras en Efesios 1:3:
Preguntas:
1.
¿Por qué el cristiano no debe
tener temor a la muerte?
2.
Una bendición espiritual significa
que siempre seremos bendecidos con grandes cantidades de dinero.
Falso o
Verdadero
3.
Un gran ejemplo bíblico de alguien
que siempre mantuvo la esperanza en la vida eterna fue:
a) Judas
b) Félix
c) Pablo
4.
¿Es posible vivir la vida
cristiana sin las bendiciones espirituales?
5.
Nombre otras tres bendiciones
espirituales además de la esperanza. (de
la lección)
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¿Por qué no podemos vivir sin las bendiciones espirituales? |
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