miércoles, 18 de diciembre de 2013

Todos los cristianos son sacerdotes
Escrituras:  I P. 2:5; 2:9; Ap. 1:6; He. 3:1, 5, 6; He. 7:23; 8:2; I Ti. 3:15; Ro. 12:1-2; He. 9:12; He. 9:24.




Propósito: Mostrar que todos los cristianos pertenecen al sacerdocio y que son hijos de Dios.  Son un conjunto de sirvientes que forman su iglesia, su casa, el verdadero tabernáculo, del cual el antiguo tabernáculo solo era una sombra.

Hechos Bíblicos: 

En esta lección nosotros los que somos cristianos vamos a ver qué tanto nos parecemos a los sacerdotes de la antigua ley de Moisés.  Aprenderemos que todos nosotros los que somos cristianos, podemos estar más cerca de Dios que aquellos sacerdotes del antiguo testamento.

Recordarán que nosotros hemos estudiado que solamente los que eran sacerdotes judíos podían entrar al Lugar Santo del tabernáculo, y solamente el sumo sacerdote era el que era permitido entrar al Lugar Santísimo.  En el libro de I Pedro 2:5, el apóstol Pedro les dijo a los cristianos que ellos eran parte del “sacerdocio santo”, el cual es la iglesia.  Y en I Pedro 2:9, nosotros como cristianos aprendemos que somos como el “real sacerdocio”.  También en este pasaje a los cristianos se les llama la “nación santa”.

Versículo para memorizar: 

“Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos.  Amén.”
--Apocalípsis 1:6

¿Qué significado tiene todo esto para los cristianos de hoy?  Quiere decir que cuando pensamos en la iglesia de Jesucristo, pensamos en la iglesia de Jesucristo, pensamos de ella y de nosotros como un sacerdocio santo que hace ofrendas de amor y bondad a Dios y a la gente que conocemos aqué, sobre la tierra.  Todo esto es ofrecido en lugar de los toros y de los machos cabríos que sacrificaban los sacerdotes judíos.  Se puede decir entonces, que ofrecemos nuestras vidas a Dios y nos convertimos en sacrificios vivos (Ro. 12:1-2).  Estas ofrendas de amor y bondad se llaman “sacrificios espirituales” (I P. 2:5).

Y cuando nos consideramos parte del real sacerdocio, debemos recordar que Cristo es El Rey de nuestras vidas, y que debemos ser fuertes y dignos como sus discípulos que somos.  En Romanos 8:16-17 se nos dice que somos hijos de Dios y herederos junto con Cristo de las bendiciones de Dios.  Y en Ap. 1:6 vemos que también nosotros somos reyes y sacerdotes.  Imagínense como debemos sentirnos felices y orgullosos de tener posición tan importante.

Así como nosotros nos comparamos con los sacerdotes judíos del antiguo testamento, así Cristo se puede comparar con el sumo sacerdote de esos tiempos (He. 3:1).  El pasaje contenido entre He. 7:23 a Hebreos 8:2 leemos como Cristo es nuestro sumo sacerdote y que como tal no necesita ofrecer sacrificios todos los días.  El ya ofreció el sacrificio supremo que evita el que tenga que ofrecer sacrificios diariamente.  Ese sacrificio supremo consistió en su muerte en la cruz por los pecados del mundo (He. 7:27-28).  Se sienta en los cielos a la diestra de su Padre, el verdadero Lugar Santísimo (He. 8:1; He. 9:24).

Ilustración:

¿Cómo podemos ser sacerdotes de Dios en la actualidad?  Meditemos sobre la historia de Raúl.  El había escuchado la lección del mismo modo que la que acabamos de presentar.  Sabía que amaba a Dios y que amaba a Jesucristo también, por lo que hizo por todos nosotros.  ¿Cómo puedo ser parte del sacerdocio santo y del real sacerdocio? preguntó.  Su maestra le explicó que debía primero hacerse cristiano si quería heredar la bendiciones del sacerdocio santo y real.  Raúl ya había escuchado la palabra de Dios por medio de las enseñanzas del predicador así como de sus maestros.  Creía que Jesucristo era verdaderamente el Hijo de Dios.  Sentía verdadero arrepentimiento por todas las cosas malas que había hecho y quería vivir una vida pura.  Su maestra le leyó Hch. 2:37-38 y Ro. 10:9-10 y Hch. 8:36-39.  Raúl entonces confesó públicamente que él creía en Cristo, el Hijo de Dios, y fue bautizado al ser sumergido en el agua.  Cuando iba de regreso a su casa, Raúl reía y cantaba lleno de alegría.  El, también, era un sacerdote de Dios.

Preguntas:

1.      Los cristianos son como los antiguos sacerdotes judíos.  I P. 2:5; 2:9
Falso     o     Verdadero


2.      Los sacerdotes judíos ofrecían toros y machos cabríos como sacrificios.  ¿Qué es lo que nosotros los cristianos ofrecemos?  Ro. 12:1-2.


 3.      A estos sacrificios también se les llama:  I P. 2:5
a. sacrificios temporales
b. sacrificios justos
c. sacrificios espirituales.


4.      ¿Dónde está Cristo ahora?  He. 9:24


5.      ¿Cómo podemos ser sacerdotes de Dios en la actualidad?  (Vea la ilustración)


6.      ¿Cómo le hace sentirse a usted el reconocimiento de los cristianos como sacerdotes?

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